En unas imágenes del último de Nadal partido se aprecia la pérdida de pelo en la coronilla de su cabeza. El tenista podría necesitar un retoque. Lo cuenta el Dr. Mato Ansorena

Rafael Nadal (32) registra pérdidas que nada tienen que ver con su carrera profesional. Al contrario, en ese plano ha sido una semana de gloria para el tenista que, el pasado domingo 10 de junio, confirmó que es el número uno del tenis, al conseguir su undécimo Roland Garros y aumentar a 17 sus victorias en el Grand Slam. Las carencias del deportista están relacionadas con un factor estético: su incipiente calvicie. En unas imágenes tomadas en el partido (arriba, a la derecha), donde derrotó al austriaco Dominic Thiem, se observa que tiene menos pelo que antes. La alopecia se hace evidente en la llamada coronilla, la parte posterior de la cabeza.Hace dos años, Nadal también presentaba pérdida de cabello. Un problema al que le buscó solución, como pudo confirmar La Otra Crónica, en una conocida clínica de la zona de Retiro en Madrid. Allí, se sometió a un implante capilar. Los resultados comenzaron a apreciarse seis meses después, cuando se le vio luciendo una melena más fuerte, brillante y voluminosa, en la 111º edición del torneo de Montecarlo.Para prepararse para la operación, el de Manacor tuvo que raparse. Un look que causó revuelo en las redes sociales porque dejó a un lado su larga, pero poca frondosa cabellera. «Hay que rapar al paciente porque eso facilita tanto la extracción como la implantación», explicó entonces a este suplemento, el cirujano plástico Javier Mato Ansorena.
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Ahora, la alopecia de Rafael Nadal vuelve a manifestarse. Y no es porque se haya perdido el efecto del tratamiento que se hizo en 2016. Se trata de una situación normal. Así lo aseguraba el mismo especialista. «El tenista es muy joven y puede que siga perdiendo pelo». Hoy, el doctor explica a LOC que, «el pelo que se trasplanta no se pierde nunca porque se extrae de la zona occipital de la cabeza (la nuca) y éste no se cae». Sin embargo, «el pelo natural sigue cayéndose», apunta Mato Ansorena. Por ello, es probable que el tenista tenga que volver a hacerse algún retoque capilar.Una forma de controlar la caída, sin necesidad de una intervención, es con antiandrógenos como el finasteride. Se trata de un grupo de fármacos que inhiben los efectos biológicos naturales de las hormonas sexuales masculinas. Sin embargo, para Nadal «no sería el tratamiento más adecuado, por ser un deportista de élite», indica el doctor. El medicamento, como cualquier otro, tiene efectos secundarios. «En casos muy extremos puede provocar fallos hepáticos, pero casi nunca ocurre», asegura. Las consecuencias más comunes, sobre todo en los hombres, están ligadas a la alteración de la testosterona. «Podría haber disminución de la libido y el deseo sexual. Además, reducción de la masa muscular», agrega. Para el doctor Mato Ansorena, lo ideal para Rafael Nadal sería un tratamiento «con minoxidil al 5% (un vasodilatador), factores de crecimiento, masajes y quizás láser para aumentar la vascularización».

Si el deportista decidiera suministrarse alguno de los medicamentos mencionados, no supondría ningún problema en la pista de tenis. Tal y como pudo confirmar este suplemento, ni el finasteride ni el minoxidil aparecen en la lista de prohibiciones de la Agencia Mundial Antidopaje. Tampoco, en la Agencia Española de Protección de Salud en el Deporte. No obstante, «el finasteride podría afectar su rendimiento, mermando su capacidad en la pista», explica el cirujano plástico Mato Ansorena.Si bien la calvicie suele ser un inconveniente para los hombres porque se asocia a una característica derivada del envejecimiento, para Rafael Nadal no ha sido un problema, en lo que a belleza se refiere. El tenista formó parte de la lista el hombre vivo más sexy del planeta de People. Un triunfo un tanto superficial, pero de cualquier modo alentador, para quien hoy ocupa la primera posición del ranking ATP, siendo así el tenista español con más números de títulos individuales, más títulos de Grand Slam y más títulos de Masters 1000. Su desempeño lo ha convertido en uno de los deportistas más queridos de nuestro país, hijo predilecto de Manacor y de Madrid, premio Príncipe de Asturias de los Deportes y doctor honoris causa por la Universidad Europea de Madrid.