Desde la llegada de la pandemia hay una creciente demanda de mujeres y hombres que quieren mejorar el aspecto de sus ojos y su contorno, para de esta forma potenciar su mirada.
La zona periorbitaria puede reflejar varios conflictos: mirada congestionada, bolsas hinchadas, párpados caídos… Los ojos son la zona de la cara más afectada por el paso del tiempo, pero ser joven no es excluyente: estas cuestiones estéticas pueden ser genéticas o causadas por otros factores como estrés.
El Dr. Mato Ansorena, cirujano plástico y director de Clínicas Mato Ansorena, explica que «la piel alrededor de los ojos, sobre todo los párpados, es muy fina y por tanto sensible a todos los factores que nos rodean, pueden aparecer en personas jóvenes entre 27 y 35 años, aunque es más frecuente que surjan a partir de los 40«.
Blefaroplastia técnica poco invasiva
La blefaroplastia es, sin duda, el tratamiento estrella para lucir una mirada rejuvenecida a la par que expresiva. El Dr. Mato Ansorena, pionero en esta técnica mínimamente invasiva, indica que se trata de una intervención rápida y cómoda: dura aproximadamente una hora y media y se realiza con anestesia local y sedación, en régimen ambulatorio.
Los objetivos de esta revolucionaria técnica no son otros que centrarse en corregir los párpados caídos provocados por un exceso de flacidez en la piel, y/o eliminar las bolsas, así como corregir los surcos pronunciados y hundidos, conocidos como ojeras, que se producen en el párpado inferior y que delatan ese efecto “cara cansada y triste”.
Además, esta mini-cirugía no solo promete cambios estéticos regalando una mirada maximizada y despejada, sino que sus resultados también son funcionales ya que soluciona posibles problemas como dificultad en la visión.
«Gracias a la befaroplastia, levantarse por la mañana con una expresión que no se corresponde con el buen estado de ánimo ha dejado de ser un problema para el paciente. Tras la intervención no cambia la forma natural del ojo, el objetivo es que el ojo aparezca más grande y despejado, tan solo devolverle su mejor versión«, apunta el doctor.
Este aspecto es vital ya que una blefaroplastia no debe modificar la expresión ni la forma de los ojos. El Dr. Mato Ansorena comenta que uno de los errores más frecuentes en este tipo de intervención es que se quede el ojo hundido, por resercarse en exceso la grasa. «Nuestra técnica avanzada en blefaroplastia siempre antepone la naturalidad en los resultados para evitar que la forma de los ojos quede afectada en ningún sentido», insiste.
La blefaroplastia puede ser:
Superior: la cirugía consiste en eliminar el exceso de piel, de una porción del músculo orbicular y de grasa interna. Las micro incisiones e realizan en el límite del pliegue natural del párpado superior por lo que la cicatriz resultante queda oculta en el surco palpebral superior.
Inferior: en esta zona se pueden encontrar dos problemas, un exceso de grasa acumulada conocida vulgarmente como bolsa o bien un surco o hundimiento de la zona orbicular inferior, conocida como ojera. En el primer caso, con el fin de eliminar las bolsas se realiza una incisión transconjuntival, es decir, por el interior del párpado inferior (evitando que se aprecie por fuera). Para evitar el hundimiento orbicular y rellenar la zona de las llamadas ojeras, en lugar de eliminar la grasa orbitaria se recoloca hacia la parte del superior o en los surcos de las ojeras. De esta forma se produce un efecto de mayor frescura y rejuvenecimiento.
Doble: El cirujano combina ambas técnicas en la misma intervención, cuando un paciente presenta descolgamiento de párpado superior y bolsas.
El postoperatorio, y nunca mejor dicho, es un abrir y cerrar de ojos. Al ser una intervención muy poco invasiva, no tiene un postoperatorio doloroso y los puntos se quitan pasados 4-5 días.
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