Es una de las zonas del cuerpo que más sufre con los cambios de peso, los vaivenes hormonales y después del embarazo. A partir de los 30 años la grasa se acumula principalmente en los flancos y el vientre, lo que desdibuja la silueta. Por eso, perder cintura es una de las preocupaciones más habituales de las españolas. Lo demuestran datos de la Sociedad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre), que calcula que en nuestro país se realizan unas 12.000 liposucciones al año (la intervención más frecuente tras la de aumento mamario). Concretamente, tiene más demanda que en las rodillas, los glúteos o la cara interna del muslo, según aseguran en el Instituto Javier de Benito (institutodebenito.com). La técnica se denomina minilipo: a través de unas incisiones de dos o tres milímetros se introducen unas cánulas muy finas que eliminan la grasa; no requiere ingreso y a la semana se puede hacer vida normal (desde 2.500 euros).

El quirófano es la opción más efectiva, pero no la única.

La doctora Blanca Vasco, de las clínicas Mato Ansorena (clinicasmatoansorena.com), propone como alternativa médica la mesoterapia lipolítica, que consiste en inyectar sustancias que favorecen la quema de grasa (90 euros/sesión). Pero, además, hay protocolos en cabina, rutinas de fitness y masajes que favorecen la recuperación o el mantenimiento de la cintura para superar la prueba del biquini… o del cinturón de moda.

Leer noticia original: http://www.elmundo.es/loc/

¿QUIÉN?

ELLA. Si hay alguien a quien la opinión pública y los medios miran con lupa, qué digo, escanean, a diario, ésa es la Reina Letizia. Todo lo que dice o hace, mejor dicho, todo lo que se pone o pincha es objeto de escrutinio nacional. Eso sí, ella es consciente de ello y se nota que en su cuarto de baño hay un espejo de mil aumentos por lo menos.

¿DÓNDE?

JAPÓN. La esposa de Felipe VI ha estado de visita oficial en Japón esta semana y, a su llegada, al bajar del avión, puso una cara muy diferente a la habitual. Sonrió, como siempre, pero su rostro estaba evidentemente más hinchado que otras veces. ¿Cansada tras 12 horas de vuelo? Bueno, eso el común de los mortales. Letizia es Reina de España y tiene avión con cama y maquilladora propias.

La pillamos claramente.

¿POR QUÉ?

ESO NOS PREGUNTAMOS TODOS. ¿Por qué se pincha tanta sustancia rejuvenedora si no llega a los 50 años? ¿Es porque viajaba al país de las cremas Shiseido y Kanebo? En LOC, preocupados por este pánico obsesivo a las arrugas que padece la Reina, hemos consultado al cirujano plástico Javier Mato-Ansorena. Se trata, sin duda, de un asunto de Estado. «Me parece un horror, pero quiero pensar que se trata de un efecto prematuro tras un tratamiento, la típica fase de inflamación como consecuencia de una infiltración, posiblemente ácido hialurónico», sostiene el médico.

«Confío en que en una semana esté mejor y que quien le haya hecho la intervención le haya puesto algún inyectable pasajero y no permanente tipo silicona, que siempre trae problemas. Los rellenos deben ser biodegradables, que los pueda eliminar el cuerpo en seis meses», añade Mato-Ansorena.

Según el doctor, en el caso de Letizia puede estar justificada una elevación de pómulos para equilibrar su cara y que resulte armónica, «pero en este caso el efecto es excesivo y poco natural. Espero que se le pase en unos días». Ea, así sea.