Letizia Ortiz Cirugia Plastica

La princesa Letizia Ortiz, no se ha tocado el mentón, como se ha publicado. Le gustan más los tratamientos de belleza y rejuvenecimiento menos agresivos, que no la cirugia estetica.

Letizia Ortiz Cirugia Estetica

Letizia Ortiz Cirugia Estetica

 

Letizia Ortiz y su cambio físico

El Dr. Mato Ansorena comenta su opinión sobre los evidentes cambios de la princesa en www.elmundo.es.

Según el Dr. Mato Ansorena, Letizia es más amiga de la medicina estética en los que se incluyen tratamientos de rejuvenecimiento facial menos agresivos y destaca los buenos resultados de los tratamientos a los que se ha sometido.

Leer artículo completo en: www.elmundo.es

BELLEZA Cambios para mejor

Una de las cosas que los españoles le echan más en cara, y nunca mejor dicho, a Doña Letizia son sus constantes cambios de imagen, unos cambios bastante radicales en el rostro a tenor de estas dos imágenes con una década de diferencia. Que la Princesa de Asturias pasase por quirófano en 2008 para someterse a una rinoplastia (por «motivos de salud», deslizó Zarzuela) denota, para muchos, una falta de naturalidad necesaria en una futura Reina consorte. Algo que le sobra a Máxima de Holanda, una mujer de la misma edad con sus consecuentes arrugas y curvas.

En cualquier caso, cabe alabar que Letizia cuide su apariencia física; ella es imagen de España y hay que admitir que no es tan amiga de la cirugía estética como se cree. Lo es más de la medicina estética, con tratamientos de belleza y rejuvenecimiento mucho menos agresivos. La princesa se arregló la nariz «posiblemente por un complejo suyo, ya que nadie había reparado en esa pequeña imperfección», sostiene el cirujano plástico Javier Mato Ansorena, que celebra el «buen trabajo» de su compañero Antonio de la Fuente en la faz de Letizia.

La princesa se arregló la nariz ‘posiblemente por un complejo suyo’ sostiene el cirujano plástico Javier Mato

«Le limaron un poco el saliente de su caballete, pero la punta de la nariz quedó perfecta, algo difícil de hacer», puntualiza el médico. La princesa no se tocó el mentón, como se ha llegado a publicar; es decir, no se ha operado también la barbilla. «Es una intervención mucho más violenta y no hay rastro de ella. Esa zona apenas le ha cambiado en 10 años».

Letizia «podría haberse inyectado Bótox en la cola de las cejas para elevar su mirada» y posiblemente haya rellenado sus arrugas «con vitaminas y ácido hialurónico», los procedimientos estéticos más habituales. «El resultado, en cualquier caso, es perfecto. Ha envejecido muy bien. Sin embargo, a mi juicio no necesitaba operarse ni pincharse nada. Ella es muy bella y tiene una personalidad arrolladora, cualidades suficientes»

 

 

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Renée Zellweger, irreconocible por la cirugía estetica.

Renee-Zellweger-irreconocible-por-la-cirugia-esteticaEl Dr. Mato Ansorena en Noticias de A3, comenta sus impresiones sobre las trasnformaciones tras intervenciones de cirugia estetica, como es el caso de la actriz Renée Zellweger.

La increíble transformación de Renée Zellweger no ha dejado a nadie indiferente. La actriz reapareció en los premios Women in Hollywood con un cambio notable en su aspecto físico que centró todas las miradas. La protagonista de Bridget Jones ha hablado a través de la revista People para defender su nueva imagen y afirmar que está más sana y feliz que nunca: «Estoy contenta de que la gente me vea diferente. Estoy viviendo una vida diferente, más plena y feliz, y me emociona que eso se note».

 

Mejorar el aspecto, pero sin parecer otra persona.

Resultados Naturales

Resultados Naturales con Cirugía Estética

Este es el lema que ahora prima entre los españoles que deciden recurrir a la cirugía estética, conseguir unos resutados naturales. Un estudio de la Asociación Española de Cirugía Estética, con encuestas a 127 médicos de todo el país, concluye que la tendencia de este año es «la búsqueda de naturalidad». Atrás quedaron los años de grandes aumentos de pecho o labios excesivamente rellenos de materiale de relleno. Las nuevas técnicas y materiales permiten suplantar antiguas prótesis mamarias por otras de última generación o reducir los signos del envejecimiento facial sin perder un ápice de expresividad.

Sutil, discreta y sobre todo que parezca natural. La cirugía estética en España huye de las estridencias del pasado para conseguir resultados naturales.

Atrás quedaron las tallas grandes de pecho, los rostros sin apenas capacidad de gesticular o los labios excesivamente cargados de materiales de relleno. Este año la tendencia pasa por buscar «la naturalidad», según una encuesta de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica.

“Los gustos han cambiado y ahora lo que se busca es no parecer operado, hacerse retoques pero cuyo efecto parezca natural»

Operación de Pecho

La operación de pecho se mantiene como la reina de la cirugía estética -los retoques en la mama suponen el 60% del total de intervenciones en el sector-, pero ha cambiado la demanda. Del aumento de pecho -muchas veces en exceso- a pedir justo lo contrario: la reducción de talla o incluso retirar las prótesis implantadas hace décadas. «Estamos viendo que gente que en los años 90 se aumentó de tamaño el pecho observa ahora cómo estas prótesis no envejecen bien o ya no se sienten bien con algo de su juventud y deciden retirárselas o cambiárselas por otras de efecto más natural».

La reducción de pecho también tiene mucha demanda. «Hay mujeres con mucho pecho y esto hace que se les descuelgue, les pese y les provoca problemas por lo que deciden optar por una cirugía para reducir su tamaño que además da muy buenos resultados», explican los especialistas.

Lifting facial

Las nuevas tecnologías se convierten en unas aliadas de los cirujanos para lograr la naturalidad y conseguir resultados naturales que buscan los pacientes. Es el caso de las nuevas técnicas para luchar contra el envejecimiento facial. «Hace unos 15 años el lifting facial consistía básicamente en tirar hacia arriba de la piel que colgaba en el rostro y extirpar la que fuera necesaria. Esto provocaba que las personas tuviesen una cara particular, que ya se identificaba como cara de operada», ahora los retoques estéticos en esta línea tienden a «reponer el volumen perdido con los años» y no tanto a estirar simplemente la piel.

Tratamientos poco invasivas

Tratamientos poco invasivas como el bótox, el ácido hialurónico o el láser, aseguran en la Asociación Española de Cirujanos, marcan la tendencia para conseguirlo. «Los pacientes demandan pequeños retoques que no les cambien demasiado el aspecto, pero que demuestren que se cuida».

«A lograr naturalidad ayudan también los nuevos rellenos que ya no son como las siliconas de antes». Ahora el objetivo es «no tener cara de operada».

Rinoplastia

Otras cirugías que causan un mayor cambio en el aspecto del paciente -como puede ser la operación de nariz (rinoplastia)– también cuenta con una variante más discreta. «En muchas ocasiones no es necesario hacer una operación total de la nariz, sino que basta con retocar la punta con anestesia local».

Blefaroplastia

La encuesta realizada entre cirujanos de toda España revela que otra de las operaciones que se mantendrá entre las más demandas este año es la de párpados, bautizada como blefaroplastia. «Se trata de retocar los párpados superiores e inferiores en personas que los tienen como muy descolgados, algo que incluso puede afectar a la visión».

Liposucción

Otra cirugía que no pierde seguidores es la liposucción. Se trata de una operación que como el resto de intervenciones, únicamente debe realizarse en un hospital o clínica habilitada.

Los quirófanos siguen a pleno rendimiento con quienes ansían buscar la belleza. Eso sí, se busca mejorar de aspecto, pero sin parecer otra persona.

Fuente: http://www.laopinioncoruna.es/

Fuente: http://www.revistavanityfair.es/

No está usted en tierra firme y las convenciones sociales, de vestuario, de belleza e incluso el lenguaje cambia. Aquí tiene veinte claves para que parezca que ha nacido en el yate Christina.

Por

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No todos los barcos son como el Christina –por cuya cubierta se pasearon Winston Churchill, Eva Perón, Frank Sinatra, John Fitzgerald Kennedy o Marilyn Monroe– ni todos los anfitriones son Aristóteles Onassis, pero el mar tiene su ceremonia. Si le han invitado a pasar un día en yate o va a hacer un crucero en goleta o velero con unos amigos, ha de saber que las embarcaciones tienen su propia etiqueta, que el mantenimiento anual de un barco es muy costoso y las plazas a bordo, limitadas. Así que muéstrese agradecido, consciente y a la altura. ¿Cómo? Siguiendo estos veinte consejos.

1. Equipaje y dress code

«Los barcos, por mucha eslora que tengan, son lugares reducidos, llenos de recovecos, donde una maleta rígida no es bienvenida», explica en su página web Elena Valor, experta en comunicación, imagen y protocolo. «Mejor opta por bolsas flexibles con poco equipaje, de hecho no usarás muchas prendas más allá del traje de baño, unas chanclas a la hora de desembarcar, shorts y camisetas».

2. Aporte algo material

Norma número uno de protocolo allá donde vaya, sea un barco o un iglú: siempre hay que llevar algo a cualquier lugar al que le inviten. «Nada, no traigas nada, en serio», responderá cualquier anfitrión. Ni caso. Lo más apropiado y fácil si se trata de un día en el mar es algo para el aperitivo, café o copas.

3. Calzado (y descalzado)

A bordo, en verano, no se llevan zapatos, con la excepción de los veleros en regata y los pesqueros (donde los zapatos servirán para no resbalar). La suela blanca es la base de la etiqueta marinera. El calzado óptimo en términos de elegancia al bajar del barco en zonas marineras sería náuticos, abarcas, bambas, sandalias o mocasines. Cuanto más plano el calzado, más marinero, adecuado y elegante. Los tacones al bajar de un barco son un elemento rancio en el mejor de los casos. Y en el peor, una vez a bordo, podría estropear la cubierta con ellos o directamente resbalar y caerse al agua. Usted verá.

4. Adecuamiento textil

La moda en el barco es ante todo racional, por tanto la estética ha de ser elegante, casual y con notas marinas. Podemos ir con unos pantalones blancos y una camisa de algodón o unos shorts e incluso un traje de baño (mejor que bikini). Serán bien recibidas prendas que en tierra resultan algo exóticas como: maxicaftanes, crop tops, vestidos muy largos, encajes, transparencias –con traje de baño por debajo, por favor– o bolsos de vinilo.

5. Ojo con el efecto lupa

Llevar la testuz cubierta le salvará de quemaduras, insolaciones y otros errores de marinero de agua dulce. La luz del sol en el mar se proyecta con efecto lupa y deberá protegerse con crema, factor total, gorro, gorra, pamela, borsalino, panamá o fedora. Y siempre, siempre, gafas de sol.

6. Negro, nunca

Llevar los pies en perfectas condiciones es tan importante como las reservas de agua dulce: uñas cortas, limpias, talones pulidos. Se va a encontrar muy cerquita de los pies de los demás y ellos de los suyos. Por favor.

Tan sólo al pirata Roberts le es permitido embarcar de luto. Vista colores claros y neutros para no absorber calor hasta consumirse como Nosferatu a la luz del sol.

7. Glosario marinero

«Los navegantes son muy peculiares, no llaman a nada por su nombre, así que no te preocupes si escuchas cosas como ‘Tensa el cabo de la escota’ o ‘Cae a babor’ y no sabes qué se refiere», nos tranquiliza Elena Valor a través de su página. «En un barco no hay derecha ni izquierda, sino estribor y babor, no hay delante y atrás sino proa y popa, tampoco encontrarás ni una sola cuerda, solo cabos, no se guardan las cosas, se estiban, la velocidad se mide en nudos… y así todo».

8. Cortesía

Si no la tiene, impóstela. En un plan de barco las simpatías o los roces surgen desde el primer contacto. La travesía más breve suele durar de doce de la mañana a las ocho de la tarde. Serán muchas horas en un espacio del que nadie podrá escapar, por eso la caballerosidad y las buenas maneras desempeñan un papel crucial y las normas son una exigencia.

9. Pies per-fec-tos

Llevar los pies en perfectas condiciones es en una convivencia en barco tan importante como las reservas de agua dulce: uñas cortas, limpias, talones pulidos. Eso como mínimo. Los pies cobran demasiada atención a bordo. Se va a encontrar muy cerquita de los pies de los demás y ellos de los suyos. Por favor.

10. Protocolo capilar

En el mar siempre hace viento. Si luce usted melena larga lo mejor será una coleta o un recogido desenfadado.

11. Subordinación

Intente ayudar dentro de sus posibilidades, pero sobre todo no estorbe cuando los tripulantes estén zarpando, atracando o realizando alguna maniobra. Observe todas las sugerencias del capitán o capitana, tienen muy claro su cargo y no dejarán de dar órdenes. De ellas depende su seguridad.

12. Sonría

Sus anfitriones no quieren ver caras largas ni presenciar discusiones o polémicas en alta mar. Son aburridísimas porque básicamente no puede usted alejarse, así que evite los temas de conversación conflictivos: religión, política, divorcios, matrimonios, microeconomía, adulterio, aborto, macroeconomía, futbol, cirugía estética, pena de muerte, manipulación genética, tecnología, mascotas, sexo, infidelidad, problemas de salud, deudas, descendencia, obesidad. Si no se le ocurre nada de qué hablar, contemple el horizonte en actitud aristocrática.

13. Orden exquisito

No deje toallas y trajes de baño sobre la tapicería. Ni sobre las mesas libros, gadgets, tabaco, gafas, cremas, ceniceros, vasos… El orden es fundamental en los espacios reducidos de uso común. Conviene ser considerados y llevar la disciplina hasta el extremo.

14. Belleza pertinente

Maquíllese lo mínimo: solo BB cream, un poco de corrector, color en labios y mejillas. Nada más. Puede retocarse con polvos antibrillos de vez en cuando y disfrutar de un buen body mist para refrescarse y oler bien todo el tiempo. ¡Nada de perfumes! El delito de usar perfume se castiga en alta mar con régimen de pan y agua. «Cuida el agua o el capitán te obligará a ducharte con agua salada a la próxima», recuerda esta experta en protocolo.

15. Agua dulce

«Las embarcaciones de recreo disponen de unos depósitos de agua limitados», recuerda Elena Valor. Vamos, que las duchas interminables o lavar la vajilla con el grifo abierto están muy mal vistas. «

16. Etiqueta en la mesa

En cualquier cultura y región del globo terráqueo, igual que a bordo, hombres y mujeres deberán llevar el torso cubierto con camiseta, polo, pareo o blusón. Es mandatorio. Los trajes de baño, secos. Y si tiene melena, recójasela para comer.

17. Ostentación

Por muy distinguida que sea una embarcación, no se consideran de buen gusto las joyas aparatosas, los complementos teatrales ni nada que pueda parecer carente de utilidad, dada la escasez de espacio. A bordo todo tiene que tener cierto sentido práctico, deportivo y marinero. Alrededor de esa aparente utilidad se estructurará su oportunidad y su elegancia.

18. La siesta

Después de comer la mayoría aprovecha para echar una agradable cabezadita en proa, popa o donde haya sitio para tumbarse. Mientras todos duermen o descansan pacíficamente quizá no sea el mejor momento para ponerse a usar la moto de agua o la zodiac. Si pasa de siesta, aproveche para rezar, practicar yoga o meditar sobre el porvenir en silencio. Lo que mejor le venga.

19. Indisposiciones

Lleve siempre biodraminas, pero si se marea no se preocupe ni avergüence. Lo mejor es no retener las ganas de vomitar, pero antes pregunte por qué banda hacerlo, no sea que el barlovento nos juegue una mala pasada y lo devuelva. El capitán o algún miembro de la tripulación con experiencia le indicará cual es la mejor posición para que se le vaya pasando el mal rato. Un remedio clásico, una vez echada el ancla, es tirarse al agua y nadar hasta tierra. Pasado un tiempo en tierra firme y con el frescor del agua se encontrará mucho mejor.

20. La noche

Aunque embarque en pleno agosto tenga en cuenta que las noches en alta mar son frescas y húmedas. No olvide una chaqueta impermeable, ligera y deportiva. Si se organizan fiestas nocturnas dentro del yate y tiene buen gusto puede divertirse aumentando el atractivo de su outfit con vestidos y accesorios más emocionales. Si no posee gran intuición estética, no arriesgue: eche mano de la formalidad y las socorridas costumbres. Y volvemos a recordarle: evite los tacones de aguja. Se puede caer por la borda. Piense en el champán.